Bizcocho sin huevo con mermelada de Goji Yuthog 100% Tíbet

Ingredientes

Un yogur preferiblemente de sabor natural. Es importante no tirar el envase, ya que nos servirá de unidad de medida. Una medida de yogur de leche. Media medida de aceite de oliva. Dos medidas de azúcar. Tres medidas de harina. Un sobre de levadura royal (excepto que la harina ya lleve la levadura incorporada). Un limón y azúcar glas.

Preparación

Precalentar el horno a 185º. Escoger un molde (preferiblemente fácil de desmoldar) y untar mantequilla o aceite de oliva y espolvorear por encima una cucharada de harina, mover para que se pegue a los laterales y a la base y retirar el sobrante.

En un bol grande, en primer lugar mezclar el azúcar y el yogur. Sin parar de mezclar y uno a uno, incorporar el aceite, la leche, la ralladura de medio limón y el zumo de limón. En un colador sobre el bol que contiene todos nuestros ingredientes mezclar la harina y la levadura y comenzar a tamizar sobre la mezcla sin parar de remover ésta.

Una vez tengamos una masa sin grumos (o casi sin), verter en el molde que preparamos al comienzo de la receta. En este momento y dependiendo de la forma del molde, echar sobre la masa una cucharada de mermelada de Bayas de Goji  en diferentes zonas de la superfice del futuro bizcocho.

Seguidamente, introducir en el horno a media altura sobre la rejilla, preferiblemente, unos 35-40 minutos. El bizcocho estará preparado cuando al pincharlo el palillo salga seco.

IMPORTANTE: no abrir el horno sin que hayan transcurrido 30 minutos ya que hacerlo antes, puede provocar que el bizcocho baje.

Cuando el bizcocho esté frio, espolvorear azúcar glas por encima al gusto.

Tiempo: 1 hora aproximadamente |  Dificultad: Baja |

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La Baya del Goji Yuthog pertenece a la variedad Lycium Barbarum. Es una fruta desecada, de color rojo intenso, similar en textura y tamaño a las pasas, pero con un sabor característico: dulce con tonos ácidos.

Yuthog, la empresa ubicada en Lhasa (Tibet) y controlada por el Colegio Médico Tibetano, recolecta sus bayas de forma artesanal en la Meseta Tibetana. Tan importante como la procedencia de las bayas es el cuidado con el que se desecan y conservan. Los procesos seguidos por estos maestros de la medicina tibetana hacen posible que sus bayas no tengan igual. El sabor, textura y pureza del producto final son inigualables.

 

Fuente: Cien por Cien Natural SL

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