En latín “Ignis” significa encender o prender fuego a algo, y tiene su origen en la palabra sánscrita “Agni”.
Según la visión ayurveda, el agni gobierna las transformaciones en nuestro organismo: se comporta como energía a través de las actividades metabólicas y como sustancia en forma de enzimas digestivas y aminoácidos.
En el cuerpo humano, hay diferentes tipos de agni, el principal está en el estómago, es el fuego gástrico llamado jathara agni.
La función primaria del agni es la digestión, absorción, asimilación de la comida y la transformación de las sensaciones en energía. Es decir, se encarga de la nutrición de todos los tejidos corporales, así como de la neutralización de las toxinas de estos. En otras palabras, el agni se encarga de extraer de nuestra comida la energía y transformarla en sustancias absorbibles para las células.
Cuando el fuego metabólico es robusto, podemos vivir mucho tiempo, tener una vida sana y un sistema inmunitario óptimo; cuando elagni se hace lento, la salud se deteriora y la fuerza vital se agota. De hecho en Ayurveda, se dice que una persona es tan vieja como su agni. Sin agni, sería imposible digerir cualquier comida o experiencia sensorial.
En un sentido más profundo, en ayurveda se dice que cada célula es un centro de consciencia y esa consciencia está gobernada por el agni. Agni es la inteligencia celular y la selectividad celular, cuidando nuestro agni, vamos a despertar nuestra inteligencia celular.
Ayurveda es la ciencia de la longevidad, y una de sus terapias más importantes es la terapia de rejuvenecimiento Rasayana Chikitsa, basada en el fortalecimiento del agni.
Después haber explicado qué es el agni, aquí un consejo práctico para manternerlo activo en estos frios días de invierno.
Ingredientes:
Una pizca de hinojo
1 Cardamomo
1 Rodaja de jengibre fresco
1 Clavo
1 Flor de anís estrellado
1 Porción de canela en rama
Preparación:
Hervir 4 minutos y reposar cuatro minutos. Añadir un poquito de miel y tomar caliente. Tomar 1 por la mañana y 1 después de comer.
Cualidades:
Es una muy buena infusión para acompañarnos en otoño y durante todo el invierno. Al activar el fuego digestivo, mejora la digestión, activa el metabólismo y la energía mental (ayuda a procesar la información). Favorece una digestión completa sin producción de toxinas ya que la mayor parte de la dieta viene quemada. Activa la circulación, calienta el cuerpo y elimina la mucosidad.
Fuente: www.hiranyagarba.com
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